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domingo, 4 de septiembre de 2011

¡Maldito gim!

¡Maldito Gym!

-¡Venga que llegamos tarde!- me dice Rita.
-Pero seguro que la clase la da Christian –contesto.
-Que sí que me lo dijo ayer.
-Claro mientras te corregía la posturita de marras –me burlo yo.
Christian es nuestro monitor de aerobox, pero hoy va a dar la clase de spinning y nos ha convencido (en realidad ha convencido a mi amiga y por tanto a mí) para que asistamos. Todo hay que decirlo Christian tiene un físico impresionante y parece que le hace ojitos a mi amiga.
-¿Ves? Ya han empezado -me informa mi amiga.
-Genial pues nos vamos -digo yo dándome la vuelta.
-Ni hablar que hay bicis libres –objeta mi amiga enganchándome del brazo y obligándome a entrar.
Una vez dentro Rita se sube sin problemas a su bici, yo en mi metro y medio miro con odio ese sillín que me llega hasta el pecho.
Comienzo a manipular la arandela situada detrás del sillín y que debería hacer que el mismo bajase, pero no, prefiere reírse de mí y seguir en su sitio.
-¡Vamos arriba chicos! Empezamos a subir la pendiente –oigo gritar al monitor, ¡joder! Con la arandela de las narices.
-Bela ¿qué haces? –me pregunta Rita.
-Spinning con los dedos, no te jode, intento bajar el sillín pero no… -¡plof!, justo en ese momento decide bajar de golpe.
-¡Serás…! –digo dirigiéndome al sillín –por fin subo, ahora está tan bajo que las rodillas me llegan casi al pecho.
-Ahora vamos a poner la ruedecita en el cuatro –canturrea Christian –y arriba otra vez.
Menos mal, pienso, porque se me estaba quedando el sillín tatuado en el trasero.
Me levanto con ímpetu, llena de energía, como me gusta este deporte, te pone las… ¡plof! ¡plas!
-¡Ahhhhh! Que piña Dios, ¿cómo puede uno caerse una de una bici estática?, fácil, descubrí demasiado tarde que los cacharritos (ya se que tienen nombre pero ni idea de cual) servían para meter los pies dentro, la verdad es que ni me había dado cuenta de que estaban ahí, bastante tenía yo con intentar colocar el sillín.
-Bela ¿estás bien? –me pregunta Rita con gesto preocupado.
-Si, creo, no, que dolor, que vergüenza.
-¿Estás bien? –agachado a mi lado Christian me ofrece su mano. Pues al final lo de caerse no ha estado del todo mal. Me ayuda a levantarme mientras yo NO escucho atentamente lo que me dice.
Azules, pienso, definitivamente sus ojos son azules y no grises, Rita tenía razón.
-¡Bela! –me despierta mi amiga.
-Sí, estoy como nueva.
-Esto… sería buena idea que subieses un poco el sillín –me dice el monitor acercándose a él.
-Ya si lo he intentado pero está roto porque… -de un toquecito lo ha regulado.
-Yo creo que así te va bien.
-Capullo.
-Perdona.
-El sillín, ehh me subo y te dejo continuar la clase.
-Bien ánimo.
Miro a mi amiga que es capaz de reírse y pedalear al mismo tiempo.
-Todos de pie, tenemos otra cima a la vista –anima Christian.
No seré yo, primero tengo que recuperarme de la caída.
El sillín de las narices me está dejando el culo plano, casi ni me lo siento y ahora van todos y se sientan pues yo o me levanto o reviento.
-Bela baja que ahora toca sentados mujer –me dice mi amiga.
-No puedo.
-¿Por qué?
-Porque mi trasero le ha cogido manía al sillín.
Me sudan hasta las pestañas cuando por fin Christian dice:
-Muy bien y ahora a para despacio, poco a poco…
He dejado de escuchar en parar, lo hago de golpe y vuelvo a dar con mi trasero en suelo, esta vez en la postura más difícil de toda la historia de las posturas.
-Estoy bien –digo levantándome rapidamente.
Al salir Christian se acerca a nosotras.
-¿Qué tal? ¿os ha gustado la clase?
-Un montón, me encanta –le dice mi amiga bien derecha y con una radiante sonrisa.
-Yoooo, ehhhhh, bien, bien –mi voz se parece a la del perro de los dibujos “Risitas”.
Con las manos en las caderas, doblada por la mitad y dejando un charco de sudor a mi paso, salgo, eso sí, con la cabeza muy alta.

6 comentarios:

Nekane dijo...

Que bueno Bela ,pero el spining me parece que lo dejo yo pra más adelante ajajajjajja

Bela dijo...

Al final hasta le cojes el el gusto jajajaj

María Elena dijo...

JAJAJAA, muy bueno!!! menuda experiencia en el gym, para no volver más... no por no saber hacerlo, si no por la vergüenza. Madre mía!!

Menchu Garcerán dijo...

Genial, bueníiismo. Me encanta. Es que lo has descrito de una manera perfecta. Felicidades Bela.

Olivia Ardey dijo...

Yo pasaba todos los días por la ventana de un gimnasio y veía a la gente dándole al pedal, medio a oscuras, al ritmo de la Sakira y pensaba "esto no puede ser bueno para la salud". A mí no me busquéis en el spining. Así que en mi primer día de gimnasio, que me pongo en la bici de cara a la tele con los casquitos y me dice el monitor "vale, vas bien, pero un poquito más rápido, que vas rollo Verano Azul"... Yo lo atravesé con la mirada y seguí a mi ritmo, no fuera que me diese un parraque o algo peor. Lo dicho, que la bici no es lo mío.

Bela Marbel dijo...

jajaja Olivia ya te imagino al compás del lala lala lalalalala lala Elena en mis genes no encuentras la vergüenza, vaya si volví, gracias Menchu y feliz cumpleaños.