Mi amiga Mery y yo hemos quedado para tomar café en una cafetería del puerto, llega como un torbellino (vamos, como lo que es).
-¡Joder nena!, a las siete y media estaba en el mercado y me ha tocado llevarme a los críos porque hasta las ocho no los puedo dejar en el cole, luego los dejo y me voy al curro, se me olvida la compra en el coche y casi la lío porque…..
He dejado de escuchar, aunque veo que sus labios siguen moviéndose, pero es que para cuando llegó a las diez yo ya estaba agotada. De verdad que no sé cómo alguien puede hacer tantas cosas en veinticuatro horas.
Mi amiga tiene veintitantos, dos hijos y toda ella es como una bola de energía, no se agota nunca, o por lo menos eso nos parece a los demás.
Otra cosa que la caracteriza es que no cree en el amor.
-Lo que pasa es que os enchocháis y os creéis que estáis enamoradas pero luego na de na.
-Oye guapa que yo llevo casi veinte años con Ace.
-Sí porque eres de enchochamiento largo y de ideas fijas.
-Claro lo que tú digas, mira mi amigo Sergio, oye está disponible ¿quieres que te lo presente?- Sergio es un chico guapo y simpático, fácil en el trato y muy seductor, él sonríe como el que guiña un ojo, sonrisa y al bote, lo tiene hecho.
-¿Para qué? es el típico guaperas, seguro que…
-Calla que se acerca.
-Hola preciosa, perdón, preciosas- dice Sergio dándome dos besos.
-¡Ja!- espeta mi amiga. Él entorna los ojos en forma de interrogación y yo carraspeo.
-Sergio, ella es Mery, una amiga del trabajo.
-Hola Mery- le dice mi amigo plantándole un beso en la mejilla que hace que mi amiga se ponga roja, él sonríe pensado que el color de sus mejillas es por timidez, yo sé que se parece más a la rabia y que como vuelva a tocar sin permiso se va a llevar una hostia.
-¡Buf! hola- gruñe mi amiga, Sergio pone cara de asombro.
-No se lo tengas en cuenta, es que hoy tiene el carácter de regular tirando a mal.
-Una chica tan bonita, no te creo- dice el, yo empiezo a temer la respuesta a esa frase.
-¡Que asco, uno de esos!- contesta Mery.
-¿Perdón?- dice mi amigo.
-Tranquilo, no es personal- intento mediar yo.
-¿No? que alivio si lo llega a ser no sé yo- me contesta Sergio.
-¡No sé yo, no sé yo!- repite mi amiga con rintintín.
-¡Mery!- la reprendo.
-¿He dicho o hecho algo mal?- pregunta mi amigo a nadie en concreto.
-¡Oh! No, no. Salvo quizá tener… ya sabes pene- le contesto yo.
-Pues eso no pienso quitármelo, ni por ti ni por nadie guapa- le dice Sergio directamente a mi amiga.
-¡Vaya! A don Juan le gusta su pene, que novedad. Pues para que os enteréis los dos, no es ese apéndice lo que me molesta, es el resto.
-Creo que será mejor que os deje solas- dice Sergio levantándose de la silla- Bela dale saludos a Ace, Mery ha sido ummmhhh, interesante conocerte- mi amiga hace una mueca despectiva y él se aleja.
-¿Ya no soy preciosa don Juan?- le grita mi amiga a su espalda, él ni se vuelve ni contesta, se dirige directamente a una rubia que hay tomando café sola en la barra.
-¿Ves? tu amigo es un cazador y ya ha localizado otra presa.
-Sí claro, el problema son ellos- le contesto yo con ironía.
-Mira por ahí viene el Canalla, el Canalla es un amigo de Mery, un tipo divertido y chulesco.
-Hola chicas- dice sentándose en la silla que ha dejado libre Sergio- ¿Qué pasa?
-Aquí, espantando hombres con tu amiga- le digo yo.
-¿Quién ha sido el pobre incauto?
-En la barra, tercero por la derecha- le contesto yo, Mery mira su taza con satisfacción.
-¿Y éste qué ha hecho? no me lo digas, ser hombre.
-Premio- dice mi amiga.
-Anda bonita, que estás apañá con un poquito de arreglá.
4 comentarios:
Este va por tí Mary
Bela Marbel
me he podido divertir con las ocurrencias de las protagonistas de esta historia, sinceramente increible me encanta como escribes
ya sabes que pienso.............jejejeje eres unica!!! ;)
gracias no la que eres única eres tú muaks
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