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viernes, 30 de diciembre de 2011

El Plantón -100 microrelatos de amor y un deseo satisfecho-

 -¡Mira Ace, me han seleccionado para formar parte de la antología de cien microrelatos de amor y un deseo satisfecho! -le digo a mi marido con una radiante sonrisa.
-Bien preciosa, esta es mi chica -me contesta acercándose a mi escritorio, escritorio que me fabricó él con un pie de máquina de coser antiguo y un retal de un mueble, pero eso es otra historia.
-¿Quieres leer el que han seleccionado?
-Pues claro, a ver. 

El plantón de media hora.                          

-¿A qué me suena eso? -ironiza Ace.
-No sé de qué hablas.
-Ya, claro.
-Sigue que te va a gustar.

Una figura se acerca con pequeños y armoniosos pasos; falda de tubo -necesita diez pasos para recorrer un metro -camiseta que deja adivinar el movimiento de sus pechos, en la boca un mohín continuo, sus ojos los imagina porque están cubiertos por enormes gafas de sol, serán de mirada exótica, decide.
La fémina se para en un escaparate, apoya sus delicados dedos acabados en rojas uñas y sube un pie cuyo tacón de diez centímetros apunta directamente a un redondeado trasero.
Los coches paran a su paso, y ahora ¿cómo lo iba a hacer para subir el escalón con esa falda tan estrecha?. Nunca un saltito ha sido tan erótico.
Llega hasta él apoya las manos en su pecho y deposita un beso en sus labios.
-¿Te has puesto duro con un besito?
-Créeme no ha sido sólo un besito.
En cuestión de un segundo el enfado se evaporó como por arte de magia.



-¿Qué, te gusta? ¿eh? ¿te gusta, te gusta?
-Me encanta, pero eres consciente de que esto es ciencia ficción ¿no?
-¿Cómo? ¿no te acuerdas? si pasó el otro día cuando me estabas esperando y...
-Cariño -me dice sujetándome la barbilla entre sus dedos -te aseguro que yo no lo recuerdo así. Así es que la próxima vez no me hagas esperar media hora ni aunque te pongas ligueros.
-Ya me has fastidiado la noticia.





jueves, 29 de diciembre de 2011

ESTRATEGIAS Y SEXTO SENTIDO DE UNA MADRE.



Abro la puerta, esta vez ni siquiera la perra ha venido a saludarme, pondré el cronómetro a ver en cuantos segundos, ya ni minutos, tarda mi madre en darse cuenta de mi cara, tres, dos, uno…

-Mamá estoy aquí.
-Uii algo te ha pasado.

Exacto, a esto me refería, 5,3 segundos, debería de asustarme pero estoy acostumbrada al sexto sentido de mi madre, al de la mía y al de todas, tienen como un imán para saber si me pasa algo, ¿lo peor? Son las mejores estrategas, los de las guerras no se enteran, que contraten a mi madre que seguro que acaban un paso por delante del enemigo siempre!

Esto va por fases… si si, por fases, primero es una afirmación, después vendrá una retahíla de preguntas trampas y por último el victimismo.

-Nada mamá, no me pasa nada, ¿que hay de comer? –Le pregunto
-A ti te pasa algo, es el instituto ¿verdad?¿ O has discutido con alguien ?

Lo dicho, visto lo visto si me siento en la mesa me acabaré levantando del mal humor, decido irme a mi habitación y ella como buena reina del juego, me sigue.

-Alicia ¿me contarás algún día lo que te pasa? ¿Es un chico verdad? ¿Como se llama?
-No te voy a decir como se llama!
-Te pillé, ose que hay un chico y sin nombre…

Mierda, me ha pillado.

-Claro que tiene nombre mamá por favor…
-En fin, cuando tu quieras me lo cuentas eh eh eh… -Repite estos tres “eh” con énfasis, aquí llega, el victimismo.
-Mamá enserio deberías de ser la ayudante del doctor gachet.
-No, dudo que me sentara bien el traje.- Y se queda tan a gusto, al fin y al cabo, es mi madre, la quiero y si a día de hoy consigo sonsacarle las cosas a Clara es con su método.
-Está bien, te lo contaré, el otro día en halloween….- Y así con estas tres frases empieza a ser como mi mejor amiga, que me dará un duro consejo al final, pero decido contarle que me lo encontré…

-¿Y bien? – Le pregunto inquisitiva.
-Que para eso no me cuentes nada!
-Pero si me has perseguido por toda la casa! –Le replico.
-Pero es que todo esto de el “energúmeno” vamos a llamarle así debido a que todavía no me creo que sea de nuestra misma raza…-La interrumpo.
-Mamá, los hombres jamás compartirán nuestra raza.- Y la abrazo, y vamos a la cocina, y retiramos el plato de cocido y escondiéndolo en la nevera como el que no quiere la cosa dice dos simples frases:

“-Bienvenido seas chocolate” y “El cocido ya se lo comerá tu padre”.

Y entre risas acabamos dejando el mal humor a un lado para aprender que si todos fuéramos de la misma especie no existirían momentos como estos.

Simplemente Alicia

Y con esto nos despedimos de Simplemente Alicia, esta marvillosa adolescente que nos ha acompañado y entretenido con sus historias y que se emancipa, sí ha creado su propio blog así es que podemos seguirla en el siguiente enlace;


Simplemente Alicia

martes, 27 de diciembre de 2011

Cómo matar a tu pareja y que parezca un accidente.

Desde el otro lado de la mesa para dieciséis, veo a mi hermano maltratar una botella de anis El Mono dándole con el cuchillo y convencido que que suena a música, mientras mi marido golpea contra su rodilla una pandereta infantil, color verde fosforito, que apena se ve en su mano, al otro lado mi cuñado y otro amigo se afanan en tocar un par de zambombas, también infantiles y a las que hay que ponerles muchas ganas para que suenen. No me digáis que el movimiento que requiere la zambomba no da para mucho, es una de las cosas más pornográficas que podamos ver.
El resto les hacemos coros, sacamos todo el repertorio de villancicos, es decir los tres que nos sabemos y los entonamos una y otra vez. Los niños hace tiempo que se han cansado de nosotros y se han esfumado. 
A las cinco de la mañana mi hermano quiere asar castañas, por fin va a estrenar la sarten que compró su mujer hace años. Pero tenemos un problemas, las susodichas castañas después de un año de esperar ser asadas en un saco se han revelado y se han convertido en armas de destrucción masiva. ¿Habéis jugado alguna vez a "haz rebotar la castaña" ¿no? y a "apártate que te doy con la castaña" ¿tampoco?, pues no lo hagáis, duele.
La seis de la mañana, una gran comilona, varias botellas del espumos especial de mi cuñada y una taza de chocolate con los consabidos churros, después a la cama calentitos. Hasta aquí una Navidad en familia como la de cualquiera.
A las diez en pie, ains que nervios, me atavío con los regalos que Papá Noel tuvo a bien entregarme por la noche, llevo mi pijama rosa fucsia, mi collar, mi fular agarro la planta de Navidad para que no se sienta excluída y dejo preparado el Rumy para la partidita de después de desayunar y voy corriendo al Árbol a ver que me ha dejado en mi casa el señor de rojo. Un paquete enooooorme, vaya este año tampoco tengo diamante, ¿lencería? no parece que sea mi talla. Muevo la caja, ¿alguien puede esplicarme por qué hacemos eso? ¿alguno de vosotros ha descubierto alguna vez un regalo por cómo suena en la caja?
      -¡Ábrelo de una vez! -me insta Ace -me estás poniendo de los nervios.
      -Shhhh, calla, quiero disfrutar el momento.
      -A este paso te sirve para San Valentín.
      -En tu vida me has hecho un regalo por San Valentín.
      -Es un decir, venga abre.
Rasgo el papel como una posesa.
      -Para eso tanto cuidado -dice mi marido.
      -De todo te quejas.
Por fin mis ojos enfocan ese, ese... ese...objeto. Primero se abren enormemente, después se achinan intentando asimilar "el regalo".
      -Cariño, creo que Papá Noel, se hace mayor y se ha equivocado de casa, esto no puede ser para mi.
      -Venga ya, ¿no te encantan?
      -Encantar no es la palabra que yo usaría.
      -Pero si son super chulos y llevan rosa como te gusta tanto.
      -Y ahí acaba la lista de cosas que me gustan de este... estos... cosa.
      -Esta cosa, tiene nombre, puedes decirlo, vamos repite conmigo p a t i n e s.
      -No, no puedo, esto es un invento del diablo, si Dios quisera que llevásemos ruedas seríamos coches, no personas.
      -Y desde cuándo crees en Dios.
      -Desde siempre, que cosas se te ocurren.
      -Ya claro, venga pruébatelos y salimos a la terraza a que les cojas el gustito.
      -¡No! no me pienso poner eso en los pies.
      -Pues va a ser difícil que te los coloques en otro sitio.
Es el momento de ponerme melosa y ¿por qué no? suplicar.
     -Devuélvelos, por favor, anda he visto un conjunto interior... -intento camelarlo con ropa sexy.
     -Ah no, siempre te regalo, joyas, lencería, perfumes... es hora de probar algo distinto.
     -¿Pero tú para qué te crees que nos casamos las chicas? hoy  en día no necesitamos un macho que nos mantenga ni nos proteja, pero sí uno que nos regale estas cosas, que regaladas saben mejor.
     -¿Cómo coño has convertido el regalo de unos patines de Navidad en una discusión sobre sexos?
     -Pues no voy a patinar que lo sepas.
     -Siempre te quejas de que hacemos pocas cosas juntos.
     -Me refería a cosas como ir al cine o al teatro.
     -También dices que no quiero hacer deporte contigo.
     -Me refería al frontón.
     -La última vez que jugué al frontón contigo me pase una hora y media recogiendo pelotas.
     -Ja, te pillé. Sólo jugamos media hora.
     -Créeme, lo sé. Anímate mujer, seguro que luego te gusta -me dice agarrándome por la cintura y dándome un bocadito en el cuello.
     -Que morro tienes, eso no vale.
Al fin me decido a darle el gusto y termino de vestirme de Navidad, al pijama, el collar y el fular tenmos que unir ahora unos patines, negros con rosa chillón. La planta la dejo sobre la mesa, es una cuestión de supervivencia, voy a necesitar las manos para agarrarme.
Mi marido me ajusta los patines.
   -¡Ayyy!
   -Tienen que ir bien ajustados, ¿te aprietan mucho?
   -No -digo con un mohín y poniendo cara de pena, pero nada no se apiada de mi.
Me levanto y para mi sorpresa mantengo la vertical.
   -Mira no me caigo.
Mi marido sonríe.
   -Ahora solo falta que avances.
   -No, no te preocupes así estoy bien.
   -Bela...
   -Miércoles. Como me caiga...
Juro que me estoy moviendo, balanceo mi cuerpo hacia delante y hacia atrás pero nada estoy fija en el sitio como una estatua.
   -Esto... Bela para avanzar tienes que mover los pies.
   -Que gracioso, ¿tú sabes lo que pesan las losas que llevo en los pies?
   -Veeenga, abre un poco los pies hacia el exterior e impulsate.
Lo hago y... sorpresa me muevo y es divertido.
   -Para frenar levanta la punta del pie -oigo que me dice mi marido.
Oh, oh la terraza se acaba, voy directa a la caseta, levantar el pie, voy. Ploooofffff.
   -¡Ayyyy! -mi culo rebota en el suelo.
   -El pie entero no, la punta -me informa Ace acercándose a mi -.Cariño ya puedes soltar el ficus los has dejado sin hojas -me susurra agachándose para ayudarme.
   -Mi amor, ¿esta es tu forma de matarme y que parezca un accidente?
    

    


          

  

jueves, 22 de diciembre de 2011

CRÓNICA DE UNA PRESENTACIÓN ANUNCIADA




Bela Marbel

16:45 horas     

-Cariño, ¿te parece bien si me pongo la camiseta de la calavera? –me pregunta Ace mientras se vaporiza ligeramente con Egoiste  -el perfume de los grandes acontecimientos, como los mejores vinos es añejo debe tener unos diez años-.
-Tendrás que ser algo más específico –le contesto.
-Pues la de la calavera.
-¡Ahhh esa! –replico con ironía –la negra.
-No, la otra.
-La gris.
-No mujer, la otra.
-La gris y negra.
-Que no mujer, la otra.
-A ver amor, todas tus camisetas son negras o grises y llevan calaveras así es que ponte la que te dé la gana.
-Joder pero digo el polo –lo miro indignada.
-Podías haber empezado por ahí. Sí cariño con el polo vas súper arreglado –confirmo.
-¿Verdad? –me dice mirándome orgulloso.
-¿Nunca te vas a poner algo de otro color?
-Recuerdas la camiseta de la rana ¿verdad?
-Ajá.
-Pues no, nunca más.

17:30 horas                                                                                           

Ring-ring-ring.
-Cariño eso es tu móvil –me informa mi marido camino del coche.
-Ah sí, jopetas que raro suena. No me sale el nombre.
-Porque no te has pasado la agenda al teléfono nuevo, solo a ti se te ocurre cambiar de teléfono precisamente hoy.
Yo me limito a encoger los hombros en señal de indiferencia y descuelgo.
-Bela –me dice una voz al otro lado.
-Hola Oli ¿por dónde vas?
-Pues no me preguntes cómo lo hemos hecho pero estamos en la puerta del ayuntamiento y ahora qué?
Le indico tranquilamente el camino mientras sigo hacia el coche.
-¡Beeeelaaaaaa! –oigo un grito desgarrador que interrumpe mi conversación.
-¿Quéeeee? –contesto.
-Que te has pasado el coche –dice mi marido.
-Ups, es verdad. Estooo, cuando estés llegando me llamas otra vez –colgamos ambas a la vez para hacer “ambas” caso de las indicaciones de nuestros respectivos, “ambos” dejan caer palabras como “orientación” “mujeres” “mapas”…
-Bela has quedado a las seis y son menos veinte.
-¿Ves? Vamos bien aún me quedan veinte minutos.
-Eres la anfitriona, deberías estar allí antes de hora y no con el tiempo justo.
-No me estreses y arranca a ver si al final llegamos tarde por tu culpa ¿vale?
-No si conociéndote llegarás tarde a tu propio entierro.
-Ja, tus ojos no lo verán.
-Muy graciosa.

17:45 horas
              
Entro miro el cartel con la foto de la portada, la mía y… a correr con tacones y todo.
Cuando he conseguido llegar a la puerta unos fuertes brazos me sujetan.
-¿Dónde vas? –pregunta mi marido.
-Ummmhhh a fumar.
-Tu no fumas y la de aquel que se fue a por tabaco y nunca volvió me la sé, tira para dentro.
-De verdad que me duele la tripa, estoy malita y no voy a poder hablar ni nada.
-No poder hablar tú, eso sí que sería una novedad.
-Bela por fin llegamos –es Olivia.
-Oli, que no va a poder ser que me encuentro fatal.
-Pues yo ayer estaba afónica así es que por poco te presentas a ti misma.
-No jorobes que bastante susto llevo ya, estooo pobre ¿estás mejor?
-Sí es lo que tienen los fármacos. Puedes soltarla Ace, dentro de nada las piernas no le van a responder como para salir corriendo.
-Vosotros sí que sabéis animarme. Hola Cooper –el respectivo de Olivia- habéis llegado bien.
-No preguntes, pero dejar que vosotras deis las indicaciones no ha sido la mejor de las ideas.
-Si no os importa voy a fumarme un cigarrito antes de entrar –nos indica Oli.
-¿Y a ella sí la vas a dejar? –le pregunto a mi marido.
-De hecho la voy a acompañar, tú para adentro –me dice empujándome hacia la puerta.
-Jo.

Una vez entro me recubro de una capa de naturalidad y saludo a todo el mundo, beso, abrazo y agradezco y lo hago de corazón, ha venido mucha gente pero me siento en familia y todo resulta mucho más sencillo de lo que había imaginado.
Olivia entra enseguida y como somos mujeres de improvisaciones bien preparadas, cogemos el bloc –más concretamente ella lo coge- y escribimos las preguntas que me va a hacer –ella las escribe y yo sigo saludando-.

-¿Empezamos? –me dice Mamen, la dueña del local.
-Vamos.
-¿Sabías que vendría tanta gente? –me pregunta Olivia cuando estamos sentadas en el escenario y con los focos cegando nuestra visión.
-Pues no, pero vamos como no veo ni torta estoy tranquila.
Olivia da unos golpecitos al micrófono.
-Esta ya conectado –me dice bajito.
-Pues eso que no vemos ni torta –digo ya cara a la galería.
-Buenas noches a todos y gracias por venir estamos aquí para conocer a Bela (…)
Todo fue de maravilla y no puedo menos que estar eternamente agradecida a todos los que asistieron y me apoyaron en un día tan importante para mi, a mi querida Olivia Ardey, que vino desde Valencia y que hizo que todo fuese natural y sencillo, a Mamen por dejarme el Clan Cabaret, el local más chulo de Alicante ya puedo decir que he subido al mismo escenario que Wyoming, a Jose y Rosa, dueños del Çigró que nos agasajaron con un maravilloso ágape y a mis hermanas que me metieron en esta aventura. Y a la infinita paciencia de Ace.








Olivia y Bela

Presentación Espirales




Firmando




                                                  



jueves, 15 de diciembre de 2011

DÍA 16 DE DICIEMBRE DE 2011 PREVIA A LA PRESENTACIÓN DE ESPIRALES EN EL OMBLIGO EN LA SALA CLAN CABARET.


13:30 Horas

-¿Cómo estás? –me pregunta Rita saliendo del laboratorio.
-Estoy atacá riá pitá.
-Respira hondo, uuunoooo, doooos …
-Tres, cuatro, cinco y diez. Ya. No funciona. ¿Y ahora qué?
-¿Recuerdas lo que te recomendaron para el glaucoma? Pues eso.
-Sí claro, para que me dé la risa en medio de la presentación.
-Bela cariño, conociéndote te va a dar igual.
-Gracias por los ánimos.
Llaman al timbre de la clínica cuando Rita y yo ya estamos cogiendo las cosas para cerrar e irnos.
-Es Lili –me informa Rita dejándola pasar.
-¿Nos vamos ya? Uy que estoy súper nerviosa.
-Eso sí me ayuda –comento.
-Venga petarda que va a ir muy bien, pero date prisa que aún nos quedan muchas cosas que hacer.
-Tú sigue presionando, quién me mandaría a mi. No os miréis así que os estoy viendo. Tenéis que hacerme un favor.
-¿Quéeeee? –suspira Rita.
-Tenéis que prometerme que si intento huir me detendréis.
-No seas absurda –se ríe Lili.
-No lo soy.
-Lo eres -interviene Rita –de hecho eres más absurda que una que yo me sé, que intento suicidarse con doce yogures caducados.
-¿Se golpeó con ellos hasta que se abrió la cabeza? –pregunté.
-Nop, se los comió y morirse no se murió pero la canalera fue antológica.
No pudimos evitar que nos diera la risa.
-Dios que malas nos estamos riendo de una pobre chica que se quería morir –se queja Lili mientras sigue riéndose.
-Huy pero si fue lo mejor que le ha pasado según cuenta ella misma, conoció a un celador y se enamoró como loca y ahora vive feliz como una perdiz.
-Sí, sí. Vivieron felices, comieron perdices y nunca más probaron un yogurt. Ja ja ja..

14:15 H.

-¿Qué quieres? –me pregunta Laura, que es mi peluquera.
-Un valium no estaría mal.
-Ya, pero yo me refiero a algo  más del estilo rulo o pinza.
-Córtame un poco por detrás y me lo peinas con ondas ¿no?
-Que mala, te lo cortas hoy que Ace no se va a atrever a enfadarse contigo –replica Lili.
-Ups no lo había pensado.
-Una apuesta es una apuesta Bela –me recuerda Laura –y tú la perdiste y se supone que te lo tienes que dejar.
-Eso si fuera una mujer de palabra pero ¡sorpresa! No lo soy.

17:00 H.

Me subo las medias, me bajo el vestido y salgo.
-Ta chaaaannnn. ¿Cómo estoy?
-Preciosa –responde Ace acercándose y dejando un beso en mi cuello. ¿Por qué en el cuello? Mi chico es uno de esos hombres que no soportan el pintalabios.
-Ves de lo del pelo ni se ha dado cuenta –observo.
-Oh, sí me he dado, pero ya sabía que lo harías.
-¿Ves? Él si sabe que no tengo palabra.
-Venga chicos que vamos bajando –nos ordena Lili.

17:45 H.

Llegamos a la puerta de la sala en que se celebra la presentación, Rita está dentro esperándome, con Aly, Jossy y Nube.
Entro miro el cartel con la foto de la portada, la mía y … media vuelta y a correr con tacones y todo.
-Pues lo ha hecho –le dice Rita a Lili.
-Ehhh, va a ser que sí.




BELA MARBEL

       


            16 DE DICIEMBRE DE 2011
                A LAS 20:00 HORAS
            CAPITÁN SEGARRA Nº 16
                 03004     ALICANTE



   
  

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tributo a Elfo "Elfo, Bêlit y la merluza rosada"

-¿Te das cuenta del olor que sale de la cocina? –preguntó ella moviendo nerviosa el trasero, como hacía siempre que se excitaba. Él supo inmediatamente que pronto estaría en problemas.
-Sí pero han dejado la puerta de la cocina cerrada. Eso quiere decir que eso que hueles es su comida, no la nuestra -. Protesto Elfo sin molestarse en mover ni un pelo. Estaba muy agustito así enroscado en su cesta de mimbre y no tenía ningún interés en alentar a su compañera en ese afán suyo por meterse en líos.
-¿Cómo puedes ser tan perro? –increpó Bêlita. Elfo alzó las orejas a la vez que una de sus larguísimas cejas, con cierto toque irónico en el gesto.
-Vale, perro no es la palabra apropiada pero eres muy perezoso –confirmó mientras se paseaba delante de la puerta de la cocina a un ritmo frenético.
-Lo que tú digas –contestó él entre bostezo y bostezo.
-No me lo puedo creer, una hermosa y muertísima merluza nos llama desde la cocina y tú solo sabes bostezar, ¿por qué Dios de todos los gatos, por qué me ha tocado a mi el más soso entre los sosos?
-No me vas a dejar dormir ¿no?
-¿Dormir? ¿quién puede pensar en dormir con ese olor flotando en el aire?
-Yo.
-Brggggg. No sabes que manía te tengo.
-Ummhhhh, sí, lo sé.
-Está bien, me las arreglaré yo sola, pero luego no me pidas ni un poquito.
Elfo por toda respuesta se dio la vuelta, y se arrebujó un poco más en su hueco.
Bêlit saltó estirando todo lo que podía la patita, para intentar llegar al pomo de la puerta. No hubo manera. El especialista en salto de altura estaba roncando en su cómoda cama de mimbre, abrazado por una multitud de cojines, bien arañados.
Bêlita llevó el hocico de un lado a otro intentando concentrarse, tenía que convencer al dormilón de que quería esa merluza tanto como ella.
Se acercó sigilosa, esa era su propia especialidad, nadie era capaz de oírla llegar ni siquiera su compañero. Acercó su boca a la relajada oreja de él.
-Merluza, quiero merluza, rica, sabrosa, aromática merluza –dijo en voz baja. Vio cómo Elfo movía la boca. Bien estaba funcionando, estaba consiguiendo que la boca se le hiciera agua.
-Jugosa, tierna, fresca merluza… -continuó.
Elfo bostezó, se relamió  y movió el hocico intentando captar algo olfativamente. Y ahí estaba, ese olor a merluza fresca y rosada se le metió por el triángulo de su nariz y recorrió todas sus fibras nerviosas hasta que abrió los ojos de par en par, y de un salto se plantó en la puerta de la cocina.
Bêlita cerró los ojos, levantó la pezuñita y abriéndola se lamió los huecos entre los dedos para premiarse por un trabajo bien hecho.
-Fácil, demasiado fácil –se dijo a sí misma.
-Por mis pelotas que hoy cenamos merluza –maulló Elfo muy seguro de sí mismo.
-Cariño –contestó ella con una sonrisa maliciosa –siento ser yo quien te dé la noticia pero ya no tienes de eso -. Siguió lamiéndose como si tal cosa.
-Y de quién será la culpa –bramó él.
-Oye que yo estaba recién parida.
-Cuatro meses Bêlit, y todavía los llevabas colgando de las tetas. Además eras tú la que subía su precioso culito hacia mí.
-Ya basta, ¿piensas abrir esa puerta en algún momento de aquí al próximo año?
Elfo dio un magnífico y elegante salto alcanzando la manivela, la empujó hacia bajo en su retorno hacia el suelo. La puerta cedió inmediatamente y el gato entró con la cola y la cabeza bien altas.
-Marramiauuu, como me pone este gato cuando se hace el súper macho –ronroneó la nena.
Un segundo salto y estaba en la encimera mientras ella lo observaba con admiración desde el suelo, moviéndose inquieta. Elfo se tomó su tiempo para sacar los filetes de merluza rosada del paquete de papel de aluminio, rasgó por aquí y por allá con sus afiladas uñas hasta conseguir desenvolverlos y miró a su chica esperando el reconocimiento que se merecía.
Ella no lo defraudó y con una caída de pestañas y un relamido le hizo saber cuánto lo adoraba en ese momento.
Elfo empujó el paquete con un toque de pata estratégico y éste acabó a los pies de su amada Bêlit. Después se dejó caer él y ambos comenzaron con el festín.
Ruido de llaves y pisadas.
-Mierda ya están aquí –protesto la nena.
-Come rápido porque en cuanto entren se nos acaba el chollo.
-¡La madre que os parió! ¡Mi merluza! –gritó Bela.
-Serán cabrones –se rió Ace.
-No te rías que ahora a ver qué comemos.
-Pues yo dejé la puerta cerrada.
-Sí seguro –dudó Bela.
-Lo juro.
-Claro, claro –contestó la mujer enfadada mientras recogía la merluza del suelo y la llevaba a la cocina seguida de dos gatos negros de pelo largo que se metían entre sus piernas y maullaban sin parar.
-Cariño ahora ya qué más da, deja que se la terminen ¿no? –comentó Ace.
-Sí hombre, encima les premiamos.
-Venga no la vas a tirar ¿no? –susurró agarrándola por la cintura.
-Pues vete pensando en qué comemos nosotros.
Cinco minutos después todos están comiendo.
-En el fondo me dan pena –dijo Elfo a Bêlit.
-¿Por? –pregunto ella dando buena cuenta de la merluza.
-Míralos, comiéndose un triste sándwich de mortadela mientras nosotros degustamos esta maravillosa merluza.
-Ahora que lo pienso esa mortadela huele que alimenta.
Elfo la miró con los ojos como platos temiendo lo que se le podía estar ocurriendo ahora a su querida loca.



viernes, 2 de diciembre de 2011

Querida Despechugada

Querida Despechugada:

Como después de leer "Maldito sujetador" veo según el correo que me mandaste hace unos días, que aún te quedan dudas respecto a la cuestión que me habías planteado, procedo a darte un consejito.
Ten en cuenta que mi respuesta va a ser la de esa amiga impertinente a la que normalmente no te gusta escuchar pero que suele tener razón.

Primero os recuerdo la pregunta que dejó en el blog la interesada.

"Querida Bela  mi CDTN -para los que no habéis leido la anterior consulta os diré que  CDTN es la forma simplificada de llamar al Capullo De Tu Novio- tras haber perdido yo mucho peso, por sus reclamos constantes, se queja ahora porque con el peso se fue también el pecho.
¿Tendría que operarme? él me dice que Sin Tetas No Hay Paraíso"


Despechugada, para el comentario de tu CDTN solo hay una respuesta posible.

-Cariño, yo el paraíso lo tengo algo más al sur, y como no vayas a visitarlo en los próximos cinco minutos me buscaré otro turista.

La decisión de operarte o no el pecho es solo tuya, depende únicamente de lo que TÚ quieras y necesites, los deseos de los demás que se los ventilen ellos.

Pero tu primer error fue adelgazar solo porque él así lo quería, tu cuerpo, tus decisiones.

Como me gusta daros opiciones, ahí te dejo tres.

Opción A) Mantienes tu esbelta figura, te operas el pecho, los morros, la tripita, te tiñes el pelo... y todo lo que a tu chico se le ocurra hasta tener la imagen perfecta de mujer con la que él sueña, y cuando lo hayas conseguido, te apuntas a un club de SUMISOS porque es lo que te queda para el resto de tus días con él.

Opción B) Te "hartas" a donuts hasta recuperar tu antigua redonda y tetona figura, quizá sea la opción más apetecible, valora si es la más saludable.

Opción C) Te quedas como estás, al fin y al cabo los paraísos alternativos no están nada mal.

Y cariño, tu CDTN eleva la C al cuadrado así es que lo de dejarlo no es opcional, salvo que escojas la opción A claro, en cuyo caso dejarás de pedirme consejo supongo.

Ánimo y suerte con la vida.